En el tejido social de México, lamentablemente, persiste una realidad preocupante que no podemos ignorar: la violencia intrafamiliar. Los datos revelados por la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 son un recordatorio alarmante de que aún hay mucho por hacer para construir un entorno seguro y libre de violencia para todas las personas, especialmente para las mujeres.
Los números no mienten: el 70.1% de las mujeres de 15 años y más en nuestro país ha experimentado alguna forma de violencia a lo largo de su vida. La violencia psicológica encabeza esta desgarradora estadística, con un 51.6%, seguida de cerca, por la violencia sexual, con un 49.7%. Estos son más que simples números, son historias de dolor y sufrimiento que necesitan ser atendidas con urgencia.
Durante la pandemia del COVID-19, el 5.2% de las mujeres percibió un aumento en los conflictos en sus relaciones de pareja, y este número se elevó al 8.5% en el ámbito familiar. La emergencia sanitaria no debe convertirse en una excusa para la violencia; al contrario.
Hace 18 años nació el colectivo No estás sola Huixquilucan, misma que en 2020 dio origen al Consejo Coordinador de Mujeres Mexiquenses. Hoy su labor social se extendió a 32 municipios mexiquenses, y el llamado replica con fuerza: fortalecer los mecanismos de prevención y atención, porque esto urge.
Para su fundadora, Adriana Montoya Olvera, conocida por todas esas mujeres violentadas como Adri Olvera, la violencia intrafamiliar no solo afecta a las mujeres, también deja cicatrices profundas en niñas y niños que deberían estar seguros en sus hogares.
En Huixquilucan, Estado de México, - advierte- no podemos permitir que esta problemática siga en aumento. Es esencial consolidar los mecanismos que fortalezcan la capacitación y formación profesional de los cuerpos de seguridad y la ciudadanía. Detectar y prevenir factores de riesgo comunitarios. “Debe ser una prioridad para asegurar que nuestro municipio sea un lugar seguro para todos”, enfatiza.
Adri Olvera, insiste en que es hora de promover la conciencia, la educación y las políticas públicas que erradiquen esta problemática y construyan un entorno seguro para todos, independientemente de su género o edad. La también aspirante a Regidora por el Partido Morena en Huixquilucan, alza nuevamente la voz: “No podemos quedarnos en silencio, unamos fuerzas y construyamos un futuro donde la violencia de género sea cosa del pasado. ¡Basta de silencio, basta de violencia!
La profesionalización de los elementos y la participación ciudadana son herramientas esenciales para reducir la incidencia delictiva en nuestro municipio, pero en Huixquilucan, el llamado es a la acción. La coordinación entre la Seguridad Pública, la Secretaría de Seguridad, la Fiscalía General de Justicia, la Comisión de Derechos Humanos y el Centro de Prevención del Delito es fundamental para implementar estrategias efectivas.
Pero no es todo: “Instamos a nuestros legisladores federales y locales a que impulsen y aprueben iniciativas de ley que promuevan castigos más severos para quienes cometan violencia contra las mujeres. Es hora de que estos delitos sean castigados con la fuerza que merecen, incluyendo las lesiones que tardan más de 15 días en sanar.
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