Si no fuera porque la política es un asunto serio y afecta gravemente a los ciudadanos, los últimos actos del presidente López en su Palacio Virreinal nos harían desternillarnos de risa.
“Que Claudio X. González investigue a Xóchitl por lo que pudo haber hecho hace 20 años cuando estaba en el Gabinete de Fox”; ”o que la investigue el INAI”. ¡El INAI!, al cual los legisladores de Morena se niegan a nombrarle a los comisionados que faltan, por lo tanto, no se ha podido integrar completamente. ¡El INAI!, al que López ha criticado en muchas ocasiones y tratado de eliminar, afirmando incluso que no sirve para nada y que gasta mucho dinero.
La verdad es que López no quiere que el INAI funcione y que informe sobre la refinería de Dos Bocas, que está costando más del doble de lo presupuestado y que se terminará en el mejor de los casos en 2026, cuando se había prometido que se completaría en 2022. Tampoco quiere que se informe cómo una empresa constituida dos meses antes recibió contratos por miles de millones de pesos en Dos Bocas. Por cierto, esta empresa está relacionada con Rocío Nahle.
Tampoco desea que el INAI informe que el Tren Maya costará más del doble de lo presupuestado y que está destruyendo áreas naturales protegidas en varios lugares. Y no quiere que investiguen a Bartlett, a Ovalle ni a sus hijos, hermanos, primos o de dónde proviene el Cash.
Pero sí quiere que investiguen a Xóchitl por lo que hizo hace 20 años (aunque pedir que los medios informen quién paga los espectaculares de las corcholatas es tachado de politiquería por parte de la prensa amarillista).
Le gustaría que a Xóchitl le hicieran lo que le hicieron a Ricardo Anaya y a Josefina Vázquez Mota; que le inventaran cualquier cosa a ella, a sus parientes, amigos, conocidos, vecinos o antepasados, aunque después se aclare que eran puras invenciones. Pero con Xóchitl no va a poder. Ya nadie se lo va a creer, aunque lo digan sus funcionarios o en la mañanera. Como en la fábula de Pedro y el Lobo, las primeras veces se lo creyeron, pero después ya no les creyó nadie. Mejor pongan música de Chico Che.
Pero no es para reírse. Lo decíamos la semana pasada y es totalmente cierto. El país es un polvorín y el presidente López solo piensa en Xóchitl. Su crush, su amor imposible o su pesadilla que no lo deja dormir. Efectivamente, el país está en llamas.
Los actos de terrorismo (que no pueden dejar de llamarse así porque utilizan armas de guerra para aterrorizar a la población) se extienden hasta las cercanías de la Ciudad de México; ya están en Toluca, y en Cuernavaca, también en la zona conurbada de Guadalajara y en Nuevo León. Los actos terroristas ocurren en Michoacán, Guerrero, Chiapas, Guanajuato, Nayarit, Baja California, Sonora, Sinaloa, Zacatecas, Oaxaca y otros lugares donde los cárteles criminales luchan por el territorio debido a la ausencia de autoridades y fuerzas policiales.
La instrucción oficial sigue siendo “abrazos, no balazos”, y si no hacen caso, “acúsenlos con sus abuelitos o dígales fuchi caca”.
Potosinos Enchilados
Casi pasó desapercibida la noticia, pero no ha sido desmentida. En Barcelona acaban de detener a un terrorista de Tayikistán procedente de México y sospechoso de reclutar soldados para el Estado Islámico. Jorge Fernández Menéndez recuerda que ese lejano y poco transparente país fue el que compró el avión presidencial en una extraña operación comercial. Y lo relaciona con los cientos o miles de cubanos o venezolanos que trabajan como asesores, “médicos” y maestros, que llegan a México sin que el público lo sepa.
Qué lamentable el accidente en la clínica del IMSS de Playa del Carmen en el que falleció una niña de 6 años cuando su camilla quedó atrapada en el elevador. Se mencionó que fue por falta de mantenimiento y se responsabiliza a la empresa encargada de proporcionarlo. ¿No fue también la falta de mantenimiento lo que causó el colapso de la línea 12 del Metro y por eso mismo se producen suspensiones frecuentes en otras estaciones? Pero hay que ahorrar. El austericidio. Se necesita dinero para los espectaculares y los informes.
Van a aumentar la pensión para los adultos mayores. Eso está muy bien (aunque la pensión no proviene del bolsillo de YSQ, sino de los impuestos que pagamos los mexicanos). Pero lo que no está bien es que con lo que reciben por las pensiones ya no les alcance para pagar los medicamentos y servicios médicos que la mayoría ha perdido.
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