Francisco X. Salazar S.
Por un momento (de pesadilla), imaginemos a México en el 2030, si es que ganara Morena la elección en 2024. No habría INE ni INAI, ni organismos independientes. Los jueces y magistrados del Poder Judicial habrían sido electos por sus ocurrencias, gracejadas y simpatías, no por su capacidad, probidad y experiencia. Todos los estados estarían gobernados por morenistas, aunque tal vez su partido ya no se llamaría Morena sino Partido Independiente Obradorista (PIO). El Secretario de Educación sería Marx Arriaga; el de Salud, López Gatell; el de Relaciones Exteriores, Pedro Salmerón; el de Gobernación, Alejandro Encinas o Mario Delgado y el de Obras Públicas, Javier May. Regresarían Alfonso Durazo a Seguridad Pública (acompañado del Señor Guzmán) e Ignacio Ovalle a Segalmex. En la Ciudad de México gobernaría Clara Brugada o René Bejarano. Evidentemente, en el Palacio Virreinal habitaría Doña Claudia.
La planta productiva del país estaría mayoritariamente en manos del Estado, productor de medicinas, vacunas, aviones, barcos; constructor de refinerías, carreteras de peaje, aeropuertos y puertos; y fabricante de automóviles de gasolina, camiones y trenes diésel. Sería dueño de las televisoras y radiodifusoras, además de distribuidor de todos los productos alimenticios y recreativos, naturales y tradicionales como el peyote.
Los diputados y senadores de amplia mayoría del PIO estarían discutiendo (es un decir) sobre la reelección, con tal que no sea inmediata, para poder llamar al prócer desde su refugio en La Chingada para que venga a rescatar al país (remember Santana). También discutirían si conviene romper relaciones con los malditos neoliberales gringos y afiliarnos al BRIC o a la Alianza Bolivariana. O cualquier otro escenario igual o más desastroso.
Pero la verdad es que el país no aguanta otros seis años de ineptos, ignorantes, nepotistas, mediocres y corruptos impunes. Con la irrupción de Xóchitl Gálvez, ahora sí, como candidata unificadora de la oposición a Morena, la esperanza renace. Hace tres meses no se veía alguna persona que pudiera unificar a la oposición. Los militantes del PRI desconfiaban del PAN y viceversa. Y de la sociedad, ninguno destacaba.
Pero el presidente López cometió una pifia que catapultó a Xóchitl al plano nacional cuando ella solo aspiraba a la gubernatura de la capital. Y Xóchitl, sin ser panista ni priísta, de hecho sin pertenecer a algún partido, disipó las desconfianzas y finalmente obtuvo el reconocimiento de panistas y priistas destacados y honestos –que no hay tantos como debería– como Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid y Santiago Creel.
El único obstáculo que yo veo es que las cúpulas partidistas quieran tomar todas las decisiones para los miles de cargos que estarán en juego y no permitan que sean los ciudadanos sin partido los que decidan quiénes serán gobernadores, senadores, diputados federales y estatales, alcaldes, síndicos y regidores. Aquí no deberían valer solo los méritos partidistas, sino su reconocida capacidad y moralidad. No los parientes, cuates y cuotas.
POTOSINOS ENCHILADOS
EN EDUCACIÓN, SEGURIDAD Y SALUD, REPROBADO
+ EDUCACIÓN. A medida que se van conociendo los Libros de Texto del Gobierno de López, se va comprendiendo la tragedia que les espera a los maestros y a los estudiantes. No se conocían porque fueron elaborados en la clandestinidad, sin que los Planes de Estudio y sus Contenidos fueran conocidos, aprobados o publicados. Fueron hechos por personal sin experiencia en las materias ni en pedagogía, y sin consultar ni a los gobernadores, a los padres de familia, a los maestros y a expertos en pedagogía. Violando la ley, interrumpieron la continuidad y secuencia de los planes de estudio anteriores aprobados por el mismo gobierno de López, que era gradual y progresivo. (Bueno, hay una gran diferencia entre Esteban Moctezuma y Delfina y Lety).
Nunca se consideró que, debido a la pandemia, los estudiantes se retrasaron al menos tres años por la mala gestión de la SEP, que nunca pudo organizar la educación a distancia, ni equipar ni capacitar a los maestros, pero responsabilizó a los padres de familia, eludiendo su responsabilidad. La consecuencia es que los libros son un bodrio. Son deficientes en Historia, Matemáticas, Ciencias, Lenguaje, Inglés, Computación y Valores.
Los maestros tendrán que hacer un esfuerzo titánico para sacar adelante a sus pupilos. Ojalá ahora que llegue el nuevo gobierno hagan (como en la mayoría de los países desarrollados del mundo, donde los jóvenes y niños estudian de 8 a 10 horas diarias y tienen deporte y arte), todas las Escuelas de Tiempo Completo y las Guarderías Infantiles que cruelmente canceló el presidente López.
+ SEGURIDAD. La tonta e ingenua "estrategia" de "abrazos, no balazos" nos está llevando a ser de los peores países del mundo. En lo que va del sexenio de López: 111,000 asesinatos y más de 42,000 desaparecidos; estados como Michoacán, Morelos, Guerrero, Guanajuato, Chiapas, Veracruz y casi todo el país están en llamas y la gente vive en pánico. Los narcos mexicanos, tolerados, tienen más de 50,000 sicarios y asalariados en más de 100 países; ahora son exportadores de fentanilo y violencia. "Abrazos, no balazos".
+ SALUD. Debido a la pésima gestión de López Gatell y del presidente López hubo más de un millón de muertos en exceso. Entre las supersticiones y atavismos de estos López (detente enemigo y caldo de gallina), la falta de camas, respiradores, medicinas y vacunas (muchas de las cuales se caducaron) la expectativa de vida esperada para los mexicanos retrocedió 4 años.
+ No son las únicas asignaturas con mal desempeño de la 4T. En muchos otros temas como Medio Ambiente, Desarrollo Económico, Estado de Derecho, Informalidad Laboral, etc., sin duda están REPROBADOS.
+ Andrés Oppenheimer ha escrito sobre el izquierdista presidente colombiano Petro, amigo de ya saben quién, al que allá empiezan a conocer como el presidente "part time", o de "medio tiempo", porque con frecuencia falta a compromisos sin previo aviso. Se comenta que desde hace tiempo se sabía que es muy afecto a la bebida y a las drogas fuertes. Por acá también tenemos políticos de medio tiempo, pero eso sí, arrancan muy temprano.
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