Las personas son pasajeras, no próceres
Por Luis Repper Jaramillo*
lrepperjaramillo@yahoo.com
¡Siempre es importante empezar con el pie derecho!
¿Cuál es la importancia de los poderes del Estado?
Según Montesquieu, plasma con claridad por primera vez la separación de poderes. El reparto del Poder del Estado es necesario para evitar la acumulación en una sola mano que pueda ejercerlo de manera despótica. (te lo digo Andrés, para que lo entiendas Manuel). Por lo tanto, distribuir los poderes en diferentes órganos, limita los poderes de otros.
Dice la Constitución Política de los Estados Mexicanos en su artículo 49 que la separación de Poderes es: “el Supremo Poder de la Federación. Se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. Sostengo yo, no en manos de un sujeto que absorbe todo el control del Estado, ¿verdad, López?
¿Cuál es el riesgo de permitir o asumirse –como, lamentablemente, es nuestro caso- la no existencia de separación de Poderes, como lo interpreta Obrador? Los legisladores con Poder independiente violan la libertad con leyes antiliberales como las actuales; el Ejecutivo, intervencionista como ahora o más; y los jueces someternos (acatando órdenes de Palacio Nacional), como ahora o más si fueran realmente independientes.
Estas definiciones constitucionales y académicas, en la Transformación de 4ª (léase Andrés Manuel López Obrador) son letra muerta, que, a sus anchas, violadas, “interpretadas” e impuestas durante 4 años 3 meses se cree Constituyente Permanente, adecuándolas a sus intereses personales, políticos, de grupo (Morena y larvas) para conducir al país a la dictadura como ha sido su objetivo a partir del 1 de diciembre de 2018.
Tuvo éxito –hasta ahora- cuando vil y perversamente se asoció con el ex ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo de la Rea, quien le avaló, protegió y regaló modificaciones constitucionales “a modo” para sus fines inmorales en detrimento de los mexicanos.
Afortunadamente, el negro periodo constitucional de Zaldívar terminó y hubo relevo en el Poder Judicial (SCJN, Consejo de la Judicatura, Magistrados, Juzgados, Ministerios Públicos, policías de investigación federales), uno de los brazos “armados” del inquilino de Palacio Nacional fue mutilado, al elegir democráticamente con 6 votos a favor y 5 en contra, a la Ministra (ella sí con mayúscula) Norma Lucía Piña Hernández, quien empezó con el pie derecho su gestión de 4 años al frente del máximo tribunal de justicia del país.
Sorprenderá que los 6 apoyos (de 11 Ministros que forman la Sala Superior) 2 son afines a López Obrador (¿traición, democracia, justicia, independencia, desyugo, valor, ética), con lo que la derrota al mesías tropical fue rotunda, contundente, ejemplar.
Los seis sufragios a favor de Piña Hernández fueron de José Luis Alcántara Carrancá (Morena), Javier Laynez, Alberto Pérez Dayán, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Yasmín Esquivel Mossa (Morena) quien votó, además en su contra, pues era la candidata favorita de López Obrador a la Presidencia de la Corte, y desde luego, la propia Norma Piña Hernández.
El voto decisivo, que dio triunfo a la primera mujer Presidente de la Corte y de la Judicatura Federal, rompió el empate con su similar Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, fue de la comadre del señor López –y con ello sus derrota- Yasmín Esquivel Mossa. El karma, justicia divina. La “ministra pirata” (robo de tesis) quedó al margen, pero legitimó la derrota de Andrés Manuel.
Al parecer los presidentes de México ven a la Carta Magna como un “juguete” a la que pueden destrozar, modificar, cambiar “partes”, adecuar “a su gusto”, incluso pisotear (como la T4a), por aquello de que “no me vengan a mí de que la ley es la ley. No me vengan con ese cuento de que la Ley es la Ley” no en beneficio de la ciudadanía, sino por interés político, electorero o convenenciero.
Sólo esta acotación para poner en contexto la manipulación –desde el Poder Ejecutivo- a la Carta Magna para adaptarla a sus perversas intenciones. Durante el sexenio del priista Enrique Peña Nieto, se modificaron 155 artículos, respecto al texto original de 1917. Es el mandatario que más cambios ha realizado. López Obrador, en 4 años 3 meses, lleva 55 enmiendas -todas a su favor- en las que busca acabar con las instituciones (como ya lo hizo) y destrozar el derecho constitucional a la democracia, al pretender, con su Plan “B”, adaptar a su proyecto totalitario (ordenado por el Foro de Sao Paulo) el Instituto Nacional Electoral (INE) y su Tribunal Federal (TEPJF) para manipular con sus huestes/larvas el proceso presidencial de 2024 y mantener –a través de una de sus “corcholatas” Adán, Marcelo, Ricardo, Claudia- a Morena, Transformación de 4ª y López Obrador, en Palacio Nacional, (el poder tras el trono) y seguir manoseando nuestros derechos y la calidad de vida que nos hemos ganado.
Al menos, esto llegó a su fin en el Poder Judicial, con el advenimiento de Norma Lucía Piña Hernández, como Ministra Presidente de la SCJN y del Consejo de la Judicatura Federal, quien en su primer acto oficial (con la presencia del Jefe del Ejecutivo) rompió la cadena que sujetaba la autonomía, independencia, libertad, dignidad con Palacio Nacional (permitido y sometido por Arturo Zaldívar Lelo de la Rea, cómplice de López Obrador en decisiones manipuladoras durante 4 años 3 meses de la T4a).
El hecho se hizo viral en redes y de primera plana en los diarios del país.
En la ceremonia oficial del 106 aniversario de la Promulgación de la Constitución, en la Ciudad de Querétaro, al subir al presídium el inquilino de Palacio Nacional, los asistentes oficiales e invitados se pusieron de pie, la única que se mantuvo sentada en su sillón, fue Piña Hernández, ante la atónita mirada de oficialistas, convidados, fotógrafos, periodistas, cronistas, cámaras de televisión. Al tomar su asiento López, todos hicieron lo imitaron.
De inmediato, burócratas y simpatizantes de Andrés, se desgarraron las vestiduras, se “envolvieron en la bandera nacional” lanzándose desde la cabeza de un alfiler, criticaron la indiferencia de Norma Lucía. Textearon acusándola de falta de respeto y mil linduras más. López ordenó a su vocerillo, Jesús Ramírez Cuevas, subir ipso facto a Twitter, FB y Watts un texto que decía “resulta desafortunado que no todos respetaron el protocolo de la ceremonia” Acompañó el lloriqueo con una fotografía en donde se aprecia a los miembros del presídium y al señor López de pie, no así la Ministra.
En México existe –así debe ser- la división de Poderes, uno de ellos el Judicial, actúa independiente de los otros 2. Así lo consideró la Ministra Presidente. En estricto sentido los titulares del Legislativo (senado, diputación federal), Judicial (SCJN/CJF) y Ejecutivo (presidencia) tienen el mismo rango, sólo que, en nuestro sistema presidencialista y partidista, se venera e idolatra a su mesías rindiéndole culto.
El honor debe hacerse -cuando aparece el presidente en acto oficial- con la presencia de los 3 Poderes, a la Bandera Nacional que engalana la ceremonia, y no al sujeto. Consecuente, actuó Norma Piña. Se puso de pie cuando el maestro de ceremonia anunció los honores a la Bandera y la interpretación del Himno Nacional. En país democrático es un honor ponderar a la bandera y al himno, no al sujeto pasajero, un político, no un prócer.
Las reacciones de la sociedad (los bien nacidos, dignos, honestos) fueron positivas en pro de la titular de la Corte, pues con su postura mostró que el cambio de relaciones entre Judicial y Ejecutivo dio un giro de 360 grados. Se acabó la sumisión de Pino Suárez #1 a Palacio Nacional. Ratifica que de ahora en adelante todo trámite se sujetará a las leyes de independencia, autonomía y armonía entre pares. No a capricho, imposición e intereses políticos, personales o electoreros de un sujeto perverso e inmoral.
Muchos fueron los conceptos que se vertieron en favor de la Titular del Poder Judicial, como señaló el periódico español El País, en su edición del 3 de enero “Norma Piña, una Ministra progresista e incómoda para López Obrador, al frente de la Corte”.
En San Lázaro, diputados del PAN, destacaron y reconocieron la actitud de Norma Lucía, “no es una subordinada del primer mandatario, sino la titular del Poder Judicial”. También el pueblo participó en el debate, en las “benditas redes” miles reconocieron la disciplina de la Ministra y escribieron “resulta vergonzoso la ofensa del gobierno federal a los Poderes Legislativo y Judicial, (Creel y Piña) que los relegó a la orilla del pódium. Horror de protocolo”
Lo legal es sentar a los extremos del Ejecutivo al Judicial y al Legislativo, no a Gobernación (Adán) y a la Defensa (Luis Crescencio). López viola el Protocolo (Jesús) al privilegiar lo político/electorero, sobre el Estado de Derecho, que significa los 3 Poderes Unidos.
*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales algrano.mx, entresemana.mx, metropolihoy.com, pasaporteinformativo.mx, gustavorenteria.mx, latitudmegalopolis.com, portalhidalgo.com, grupometropoli.net
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