Por Luis Repper Jaramillo*
¡¡Habemus candidata!! (perdedora) anunció la dirigencia local de Morena en el Estado de México (dedazo de Andrés Manuel). Es la corrupta, ineficiente, oportunista, nepota, incapaz, Delfina Gómez Álvarez, quien contendrá, en junio de 2023, por la gubernatura mexiquense, en un afán impositivo más de López Obrador para tratar de ganar la entidad con el mayor número de votos del Padrón de Electores del INE, o la “joya de la corona” electoral.
Andrés se fue por la perversión del morenismo estatal, dado que Gómez Álvarez está plenamente comprobado es sinvergüenza, transa, corrupta, desleal (con la ciudadanía), traidora, infame, malaleche.
Su historial político es de poca monta -como su mesías- en donde ve dinero se transforma en codiciosa, malandrina, perversa, insaciable, valemadrera, rapaz (ladrona), violadora de la Constitución y la ley. Con estas cartas credenciales Delfina se lanza a la aventura de intentar en 2023 habitar el Palacio de Gobierno, en Toluca para (des) gobernar 125 municipios y 16 millones 992 mil 418 habitantes (Censo de Población 2020, INEGI) que conforma el Estado, sin los conocimientos, capacidad, probidad, honradez, dignidad, personalidad, integridad moral, ni ética que el cargo demanda, como quedó demostrado cuando usurpó la presidencia municipal de Texcoco, entre 2012 y 2015.
Maestra normalista de profesión (desilusión de los verdaderos mentores) ejerció la actividad muy poco tiempo, cuando supo que ser político es ganar dinero fácil, vilmente –como su caso en Texcoco-
Abandonó, para beneficio de la niñez, las aulas y se amueganó en las lides de los engañabobos, corruptos, mentirosos, falcearios, ladrones (como ella), timadores, faltos de palabra. Ya encarrerada, se hizo presidenta municipal de Texcoco de 2012/2015 con las siglas de Morena, empresa familiar de López Obrador, a quien sirvió de operadora política, recaudadora de “diezmos” o “aportaciones para la causa”, propia y de Andrés, como Pío, Arturín López Obrador, Eva Cadena; en su momento René Bejarano, Dolores Padierna, Rosario Robles cuando militaban en el PRD y el tabasqueño Jefe de Gobierno del DF.
Esta acción es muy común en Delfina Gómez, pues desde que arribó a la alcaldía de Texcoco, continuó su labor de cobranza, esta vez no de dinero sucio o pervertido, sino defraudado a sus propios empleados; a los burócratas del Municipio de Texcoco. Es decir, sangró a 472 trabajadores obligándolos a “aportar voluntariamente” 10% de su salario mensual (durante 3 años), no reflejado en la nómina oficial, sino bajo argucias. Darle dinero tras firmar una carta compromiso espuria, de lo contrario, se les “fincarían responsabilidades” hasta perder el puesto.
Estas dádivas forzadas, llegaron en 2016 hasta el Instituto Nacional Electoral (INE), no por lo que pasaba en la Alcaldía de Texcoco, sino que de ese dinero hurtado se comprobó que al menos 2 millones de pesos llegaron a las arcas de Morena (Andrés Manuel) y jamás lo reportó al INE.
Por ello, en septiembre de 2016, en sesión del Consejo General del Instituto, Ciro Murayama, anunció sanción económica a Morena, bajo este delito “el INE multó a Morena por una trama de financiamiento ilegal. La operación consistió en retener 10% del sueldo de 550 empleados públicos de Texcoco. De ahí pagaron a proveedores y operadores políticos y no rindieron cuentas al INE” Cínicos, ladrones, viles delincuentes, esto digo yo.
La penalidad pecuniaria fue de 4 millones 529 mil 225 pesos. Tal vez el dinero sea lo de menos, sino que esta confirmación oficial, mediática y social de abuso, robo, coacción, perversidad de Delfina Gómez Álvarez, sería causa suficiente para impedir, desde 2015, a la delincuente y corrupta, ocupar cargo público alguno.
Sin embargo, por ser amiga, recaudadora, operadora monetaria (como Pío, Arturín, Eva, René) de López Obrador, no sólo fue castigada oficialmente, sino beneficiada por la T4a, con empleos: en 2015 –una vez concluido su periodo de robos- fue impuesta en San Lázaro, como Diputada Federal.
Luego saltó (saltimbanqui) a la Cámara Alta, como Senadora de la República, hasta 2019 cuando su amigo, el Coordinador Nacional de México (que por cierto lo hace mal) pues no gobierna, menos sabe cómo se come eso, la saca de su escaño y la nombra en 2021 Secretaria de Educación Pública, sin reunir los méritos ni capacidades para el cargo.
Durante su fugaz estancia en el edificio de la SEP, la educación pública en México no sólo no avanzó, ni se estancó, sino retrocedió, por la ausencia de un plan para enfrentar la pandemia de COVID 19, que inutilizó, paralizó, desertó a millones de alumnos que vieron las clases virtuales como “una pachanga”, sinsentido, aburridas, somnolientas. Delfina jamás reaccionó (que es el estigma de la T4a, reaccionar en vez de prevenir o intuir desgracias)
Gómez Álvarez fue una maceta más de López Obrador en el desastroso corredor de su gobierno fallido.
No olvide que la ahora “candidata perdedora” de Morena, al gobierno del Estado de México para la elección de junio de 2023, arrastra una larga cola de corrupción, fraudes, sinvergüenzadas, en contra de 550 burócratas del Ayuntamiento y DIF de Texcoco, de donde se hurtaron 13 millones 800 mil pesos que terminaron en las cuentas bancarias de Delfina, Andrés Manuel, Morena y Transformación de 4ª, que a sabiendas del delito siguen impunes y ostentando cargos públicos.
En el trienio en comento también afloró el nepotismo, pues familiares de Delfina, obtuvieron cargos públicos en dependencias en donde los presupuestos fueran fácilmente manipulados en favor, desde luego, de la familia y el mesías de Morena.
Delfina colocó a su hermano Alejandro Gómez Álvarez, como director del DIF municipal, con carta abierta para mover el presupuesto.
Al igual que su hermana o tal vez, ordenado por ella, Alejandro obligó a 78 empleados de la institución, firmar la carta compromiso, para “aportar voluntariamente” el 10% de su salario mensual, “a la causa” de YSQ y su consanguínea. Para ello utilizaron a dos cómplices que “operaron” el movimiento: por Delfina, María Victoria Anaya Campos, su asistente.
Por el DIF Texcoco, Alejandro Gómez, dispuso de Sara Rosas Rosas, para mover a “cooperadores”, resguardar el dinero (que repito no fue vía nómina) sino en efectivo, que luego transferían a la cuenta bancaria personal de Delfina, quien a su vez la hacía llegar a prestanombres o interpósitas personas de Andrés.
Una vez que las autoridades entrantes de Texcoco realizaran auditorías, varios afectados denunciaran la coacción, la Asociación Civil “Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad” investigara, el INE oficializara la sanción contra Morena por utilizar dinero sucio en pagos y campañas, quedó asentado que Anaya Campos y Rosas Rosas, atesoraron (dinero limpio, que prostituyeron) 13 millones 800 mil pesos, producto de la extorsión, a 550 incautos burócratas del Ayuntamiento y del DIF Texcoco.
Pese a las evidencias, ni las autoridades judiciales del Edomex, la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, la FGR, la Secretaría de la Función Pública, el Gobernador mexiquense Alfredo del Mazo Maza, el Congreso del Estado de México, el DIF Federal, no tocaron ni un pelo a Delfina quien vive impune y con premios mayores (Diputada Federal, Senadora, Secretaria de Estado y ahora candidata electoral por Morena al gobierno mexiquense).
¿Qué pretende López Obrador con esta imposición? Uno, mandar a la contienda a candidata perdedora (haciéndole ver que cumplió con los “favores recibidos” como aspirante presidencial y luego como usurpador de la Silla del Águila) sabiendo que, por el perfil político y moral de Delfina, está condenada a perder. Consciente Andrés Manuel, de saber perdida la elección mexiquense.
Dos, ya en proceso y ante el fracaso de su alfil, le dirán, “gracias por participar Delfina, tu campaña no levanta”. Jalarían por un incondicional del Peje, a quien le tiene toda su confianza, Horacio Duarte Olivares, a quien puso como Director General de Aduanas (SHCP), sin perfil profesional para el cargo, pero confiable para recibir y manejar los millones de dólares y pesos, que diariamente se extorsionan en las puertas de entrada al país por tierra y aire (por mar, lo regenteará la Armada de México). Duarte, es larva de López y protector de sus intere$e$.
Ahora el llamado es a los mexiquenses, habitantes con credencial para votar de los 125 municipios de la entidad. Luego de esta explicación sobre Delfina Gómez en Texcoco, habrán comprendido que para eso querrá el cargo de gobernadora.
Experimentemos en cabeza ajena. Ya leyeron la perversión, malicia, vileza, inmoralidad, bajeza de Gómez Álvarez. Su voto es prioritario, necesario, útil, indispensable para impedir que Morena, Transformación de 4ª, Andrés Manuel, Delfina u Horacio Duarte, se adueñen del Estado.
Ya padecemos lo que sucede el país, conocimos las marranadas de Delfina en Texcoco, su incapacidad en la SEP ¿Confiarían y darían su voto a esta corrupta, transa, improvisada y desleal? No lo digan hoy. Mejor manifiéstenlo en la urna en junio de 2023, ¿Vale?
0 Comentarios