Por Gerardo Cleto López Becerra
Presidente de ConComercioPequeño
Para el pequeño comercio y las empresas familiares, una buena noticia que hemos registrado en las primeras semanas de diciembre, ha sido el repunte de las ventas al menudeo, incluso para giros de servicios como son los de espectáculos y entretenimiento, las cuales habían tenido nula actividad durante el año que termina, por la implementación de los semáforos epidemiológicos.
Este aumento en las ventas del día, ha llegado a registrar hasta el 90 por ciento en giros como restaurantes y eventos sociales o la adquisición de artículos de índole personal como ropa y calzado. Asimismo, la venta de refacciones de autos y servicios mecánicos –que es muy importante en sectores populares-, ha incrementado sus actividades hasta en un 30 por ciento.
Los giros relacionados con la época decembrina, naturalmente han tenido un importante repunte en sus actividades mercantiles. Hay que tomar en cuenta que hace un año, estos giros tuvieron cerca del 100 por ciento de caída en sus ventas, por el cierre de la economía, derivaba de la implementación del semáforo rojo en la zona metropolitana, así como en las principales ciudades de la República Mexicana. La venta de piñatas, flores de nochebuena, árboles y adornos navideños, la fruta de temporada, así como juguetes y regalos, ha recuperado casi el 50 por ciento de sus actividades.
En particular y aunque en menor medida, las tiendas de abarrotes también han logrado recuperar cerca del 20 por ciento de sus ventas, derivado de la realización de reuniones y eventos sociales que promueven el consumo de bebidas, comida rápida, tostadas, frituras, hielo en bolsa y desechables. Las tiendas de abarrotes y misceláneas son los giros de mayor extensión en México, cuyas ventas han disminuido substancialmente en la época decembrina en los últimos años, debido a que han sido desplazadas por el crecimiento de los negocios de conveniencia y mini bodegas.
CIERRE DE NEGOCIOS
A pesar del optimismo que hay en sectores gubernamentales por el incremento en las ventas decembrinas, el pequeño comercio hace un llamado para no echar “las campanas al vuelo”, pues si bien podemos decir que es una buena noticia, no es la recuperación económica que necesita el país, ni tampoco el fenómeno es consecuencia de un programa nacional de apoyo a los sectores económicos.
La actualización de la información publicada por el INEGI en días pasados, indica que durante el 2020, mientras que se abrieron 619 mil 443 establecimientos, cerraron un millón 10 mil 857 negocios, dejando un balance negativo de cerca de 400 mil pequeños comercios y empresas familiares que definitivamente cerraron sus cortinas.
El saldo negativo que tiene México en la apertura de establecimientos mercantiles, debería generar acciones de política pública, a través de programas de financiamiento para la recuperación de cadenas productivas. Sin embargo, lo que estamos observando en los diseños presupuestales que aplicarán las autoridades el próximo año, es que lejos de establecer criterios de estimulación económica, sólo plantean criterios recaudatorios y fiscales.
Para la mayoría de dueños y encargados de negocios, hay incertidumbre e inseguridad de que puedan mantener sus actividades mercantiles el próximo año, si la renta, los salarios, el pago de servicios públicos (luz, agua, predio) se ajustan al alza, mientras que las ventas se mantienen irregulares.
Hacemos un llamado a las autoridades financieras y hacendarias; aún es tiempo de cambiar los criterios recaudatorios y establecer programas reales de apoyo, que fomenten la actividad productiva formal y eviten el crecimiento exponencial de la economía informal.
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