Las emergencias neurológicas (como los accidentes cerebrovasculares), son patologías sumamente frecuentes tanto en la población mexicana como en el mundo.
De hecho, se estima que hasta el 15 % de las urgencias médicas son de este tipo, siendo el infarto cerebral, las cefaleas y la epilepsia las alteraciones más comunes.
Sin embargo, estas afecciones pueden ser difíciles de diagnosticar, y los retrasos en el reconocimiento y el tratamiento pueden tener resultados devastadores, con altas tasas de discapacidad a largo plazo e incluso provocando la muerte.
Así se informó en el Congreso Interinstitucional de Terapia Intensiva “Calidad y seguridad en el impacto de enfermería en el cuidado crítico”, organizado por la Asociación Mexicana de Enfermeras Especializadas en Medicina Crítica y Terapia Intensiva (AMEEMCTI) el pasado jueves 7 de abril.
Ahí el Dr. Daniel Sánchez Arreola, presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias (SMME), participó con la ponencia “Escalas de valoración neurológica en urgencias”.
Cuando una persona está sufriendo una emergencia neurológica el tiempo es vital.
Esto, debido a que por cada minuto que transcurre sin que la persona reciba tratamiento, en su cerebro mueren millones de neuronas, lo que complica las probabilidades de una recuperación exitosa.
Por ello, se recomienda que las personas con urgencias neurológicas reciban atención prehospitalaria mientras esperan la consulta neurológica.
Siguiendo esta misma línea, la atención de los pacientes con patologías neurológicas agudas en los establecimientos de salud constituyen una preocupación latente.
De acuerdo con lo dicho por el Dr. Luis Daniel Sánchez Arreola, presidente de la SMME, durante su ponencia; “de una atención inmediata, oportuna y eficaz depende no solo la sobrevivencia del paciente, sino su recuperación con el menor grado de secuelas posible”.
Así pues, los servicios de emergencia de los hospitales son de vital importancia para la atención inicial del paciente crítico. No obstante, muchas veces la atención se ve obstaculizada por la saturación de los servicios, los elevados tiempos de espera y la falta de personal especializado.
En concreto, se calcula que los retrasos en servicios de urgencias incrementan hasta 1.6 veces las posibilidades de que la persona fallezca o que su estancia hospitalaria sea más prolongada.
De ahí la importancia de mejorar los procesos de atención de servicios de emergencias, pues mediante ellos se podrán reducir costos hospitalarios y mejorar la salud del paciente y su calidad de vida.
Existen varios aspectos que los médicos deben de valorar para la detección de la patología incluso antes de las pruebas o estudios especializados pertinentes, lo que permitirá tomar decisiones en cuanto a tratamiento.
Por ejemplo, dependiendo el incidente, debe hacerse una valoración del estado mental de la persona, tomando en cuenta su nivel de consciencia y orientación; una valoración del habla y lenguaje, de la función motora, de la sensibilidad y de la coordinación, así como una exploración pupilar.
En ese sentido, el uso de un triage médico adecuado (un método que permite organizar la atención de las personas según los recursos existentes y las necesidades de los individuos por nivel de urgencia de atención), un sistema de evaluación rápida, transmisión y ubicación estratégica del personal médico en el servicio de urgencias mejora el flujo del paciente.
Es decir, se puede mejorar mediante la implementación de nuevos patrones de trabajo, tecnologías novedosas y estrategias administrativas eficaces.
La complejidad de las enfermedades neurológicas, de sus diagnósticos y de sus tratamientos, así como de una ventana terapéutica estrecha en patologías prevalentes como el infarto cerebral hacen que la atención neurológica urgente constituya un aspecto fundamental para la eficiencia de los tratamientos.
Acerca de La Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME)
La Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME), en una asociación civil constituida desde 1989, que nace con fines académicos, científicos y culturales. Se encuentra conformada por profesionales en medicina de urgencias, así como personal prehospitalario y de enfermería.
Sus principales objetivos es la actualización médica continua de sus integrantes, el favorecer e impulsar la investigación científica en el área de la medicina de urgencias, así como la difusión de contenidos informativos y educativos para la sociedad civil.
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