Por Luis Repper Jaramillo*
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Rompo con la tradicional frase ¡Feliz año nuevo 2022! Lo cambio por ¡Dios nos agarre confesados!, porque este año no será feliz, sino tormentoso, lamentable, amenazante a nuestra calidad de vida, pues con Andrés Manuel, México sufre, padece la desgracia de decisiones estúpidas, perversas, inmorales, desequilibradas. ¡¡Ha sido un tormento soportar a Obrador!!
Con ese augurio, que “2022 será exactamente igual que los tres anteriores, es decir: primero los pobres, cero corrupción y austeridad republicana”, nos condena –porque no enfrentamos como sociedad al tirano- a padecer las atrocidades de indiferencia a los enfermos, estancamiento económico, desempleo, inseguridad, pobreza y pobreza extrema, ruptura del estado de derecho, masacres a manos de la delincuencia organizada y cárteles (en sólo un trienio, Andrés, has acumulado 106 mil 450 asesinatos). Amasiato de la Transformación de 4ª con las mafias del crimen organizado (Cartel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, y 38 organizaciones más con quienes cogobierna el país).
No. Definitivamente este año será peor que el anterior, pues motu propio, decidió militarizar el territorio, coludido, maquinado, en contubernio con el General Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, el Comandante de su Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio y del “florero mayor” de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, con lo que, a través de estrategia militar, López Obrador ha cooptado y blindado los puntos estratégicos de la actividad social, económica, territorial (aire, mar y tierra) para frenar la reacción y movilización popular contra la tiranía; ¡no exagero!
No es pesimismo, menos augurio de la desgracia que se avecina, sino alertar, exhibir, mostrar los perversos planes de un sujeto (auto convertido en poder absoluto, tipo Hitler, Chávez, Maduro, Ortega, los Castro, Mussolini, Saloth Sar, Stalin, Pinochet, Videla, Franco, etc.) habilitado como Coordinador Nacional de México (porque no gobierna, menos sabe cómo hacerlo) llamado Andrés Manuel López Obrador, quien con la bandera de la Transformación de 4ª, y un partido formado por desechos del PRD, PRI, PT, Verde Ecologista, Panal, ha tomado como rehén al país, para cobrar venganza y eternizarse (no lo dejaremos) en el poder.
Insisto, no es fatalismo, pero dado los resultados del último año, en donde las decisiones tomadas sobre las rodillas, en el Monologo de su Soberbia, en la mullida oficina de Palacio Nacional y el pésimo asesoramiento de colaboradores, han dado al traste con nuestra calidad de vida. Sólo para ejemplificar, a partir de 1 de enero se incrementarán en 7.36% (IEPS) los precios de artículos cotidianos: refrescos, cigarros, gasolinas (Andrés, no que no habría gasolinazos, y que ésta costaría 10 pesos litro -promesa de campaña-), gas LP, electricidad doméstica, servicios oficiales, etc.
Además, dicho por los López, Obrador, Gatell y la inútil Claudia Sheinbaum, de que la variante de COVID, Ómicron, no traerá fatales consecuencias (como si fueran científicos o conocedores) pues es agresiva, pero no mortal, nos avisan que para la T4a en chiquito (CDMX) y federal, volverá a subestimarse (como en 2020) las consecuencias del virus, y ¡¡que viva la pachanga!! Cada quien se rasque con sus uñas.
No olvidemos que el problema de los niños con cáncer, es de desinterés nacional, pues desde 2018 cuando López ordenó suspender suministro de medicamentos oncológicos pediátricos, quimioterapias, atención especializada y cortar tratamientos en proceso, el resultado de esta nefasta y vil decisión es de más de 2 mil 500 pequeños fallecidos… y contando, con la indiferencia, valemadrismo, indolencia de los López, Jorge Alcocer, Rosario Piedra (CNDH), Alejandro Gertz (FGR), Cámara de Diputados, Beatriz Gutiérrez Muller, IMSS, ISSSTE, pues a pesar de que el inquilino de Palacio Nacional presumió –hace más de un año- haber comprado todos los reactivos necesarios, almacenados en bodegas sigilosamente resguardadas, es tiempo de que aún no se distribuyen y los infantes siguen muriendo… 2022, no será diferente a este escenario.
Definitivamente, el 22 será peor. La decisión engañosa de Andrés Manuel, que en 2018 siendo candidato y presidente electo, prometió, juró, perjuró que al asumir el cargo (1 de diciembre) en seis meses los militares volverían a los cuarteles, fue absolutamente cachavotos, simulación, pues una vez obtenido el triunfo, dio atole con el dedo a los mexicanos y convirtió a las fuerzas castrenses (Ejército, Marina, GN, Aérea), en su brazo ejecutor contra la sociedad.
Para reírse de la población, el primer acto de militarización nacional fue desaparecer, liquidar la Policía Federal, muchos elementos civiles. Ordenó a Alfonso Durazo reclutar soldados rasos en activo, militares en retiro, contratar a civiles e instruirlos con disciplina militar, para crear su Guardia Nacional (guaruras personales), habilitarlos “como civiles” para simular un cuerpo de élite popular.
Desde el inicio de la T4a –ya en el poder- López Obrador había maquinado usar al verde olivo, albos y azules como su escudo de defensa para cuidarle las espaldas y bordear al país con las armas, tanques, tanquetas, artillería, logística castrense, drones artillados; miles de efectivos por tierra, mar, aire, redes sociales para actuar en caso que la población reaccione ante las actividades absolutistas del tabasqueño.
Los militares cada vez son la fuerza que utiliza Andrés Manuel para tareas que desarrollan civiles, desde administrar puertos, aduanas, carreteras; remodelar y construir aeropuertos, hospitales, sucursales de su Banco del Bienestar, cuidar terminales aéreas y la más reciente, a partir del 1 de enero del 22, “cuidar, vigilar” todas las instalaciones, infraestructura, refinerías, almacenes de Petróleos Mexicanos, por lo que aniquiló lo que desde 1938 había creado la paraestatal para su seguridad, la Subdirección de Salvaguardia Estratégica compuesta por 1316 elementos (civiles), para meter militares a esta función.
Serán 10 mil castrenses de la Guardia Nacional quienes se encargarán con armas de grueso calibre, drones, helicópteros, tanquetas, logística y planes militares, de salvaguardar instalaciones prioritarias del Estado (en este caso Pemex), en caso de una revuelta civil contra el mal gobierno. Es decir, la estrategia lopezobradorista para adueñarse del país por la fuerza, está echada a andar con el poder de las armas.
2022 no será año bueno para los mexicanos, pues si de corrupción hablamos, el Clan López Obrador lo encabeza la Cosa Nostra mexicana (organización criminal de tipo mafia-terrorista) dirigido por el mafioso (YSQ) quien ha dado manga ancha a su parentela, primer círculo, allegados, afines hasta de 3er grado: hijos, hermanos, primos, nuera, cuñadas, para robar, defraudar, maquinar, usufructuar ilegalmente dineros de la nación, a través de cargos públicos y poder nepota.
Dice el nefasto López Obrador (Frank Costello), que este año cero corrupción. No tiene calidad moral (ni la conoce) para alardear de esta forma, pues la deslealtad es el sino de la T4a y todo lo que apesta a Morena. De entrada, sus tres hijos mayores José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, se convirtieron de mendigos a millonarios empresarios chocolateros, refresqueros y cerveceros en menos de dos años (claro dentro del sexenio de papi), con dinero que nadie sabe de dónde surgió y con la ayuda inmoral de la Jefa de (des) Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien les otorgó en comodato un histórico edificio en la Centro de la ciudad, resguardado por la policía capitalina.
Qué decir de los corruptos e impunes hermanos Pío, Martín y Arturo, “recaudadores” de dinero sucio para la “causa” del hermano candidato presidencial, que jamás notificaron al INE SAT, FEPADE, FGR, Hacienda cuantos millones recaudaron y quiénes fueron los benefactores de la “causa”. Su prima Felipa Obrador, ventajosa (por nepotismo) defraudó a Pemex, con más de 365 millones de pesos. ¿Qué sucedió? nada -tiempo de la T4a- sólo desconocieron los “contratos firmados”, pero no le incautaron ni dinero ni bienes adquiridos malamente. Felipa Obrador sigue impune.
Su nuera Carolyn Adams y su cuñada (esposa de Arturo) impunes. La primera por conflicto de interés al obtener ventajosos contratos, entre ellos una isla en el Mar Caribe, en Quintana Roo, para construir hoteles de súper lujo. La cuñada, Jessica Moreno, funcionaria de educación pública en el Estado de Veracruz, fue denunciada por desfalco al presupuesto de la institución por 80 millones de pesos, en 2017, utilizando 20 empresas fantasma a quienes canalizó pagos por servicios e insumos. Jessica Moreno, utilizó nepotismo para librarse de la justicia. Sigue impune.
Esta historia es de todos conocida “la mafia de la corrupción de la T4a”, sigue tan campante y no les pasa nada. Me refiero al gabinetazo y compinches de Andrés Manuel: Manuel Bartlett, Marcelo Ebrard, Rene Bejarano, Dolores Padierna, Claudia Sheinbaum, Eréndira Sandoval, John Akerman, Napoleón Gómez (Napito), Manuel Bartlett Jr. Epigmenio Ibarra, Alfonso Durazo, Mario Delgado, Ricardo Monreal, Cuitláhuac García, Evelyn Salgado, Félix Salgado (compadre de López), Luis Crescencio Sandoval, Alejandro Gertz, Ma Elena Álvarez-Buylla, Rosario Piedra, Antonio Romero Tellaeche, Octavio Romero, Rocío Nahle, Jorge Alcocer, Hugo López Gatell, la lista es amplísima, pero hasta aquí la dejamos.
Ante la advertencia de Andrés que 2022 seguirá igual (y peor) que el año anterior, los mexicanos debemos dejar de ser pasivos, contemplativos y actuar en contra de “más de los mismo” ¿Qué hacer?, esto justamente, los periodistas decentes denunciar, exhibir, divulgar las atrocidades y amenazas del gobierno federal. La sociedad subir a redes sociales las torpezas y caprichos del señor López, correr la voz entre familiares, amigos y vecinos la desgracia hacia donde nos lleva el fallido gobierno de Morena. No callemos, en nuestra voz está la salvación de México.
*Miembro de los Grupos Editoriales Digitales endirecto.mx, lagacetametropolitana.com, algrano.mx, entresemana.mx, metropolihoy.com, pasaporteinformativo.mx
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